domingo, 6 de febrero de 2011

CONVERSACIÓN ONÍRICA

Un poco más de cuento, para cambiar la rutina. Disfrútenlo y comenten.

'Ayer soñé contigo, ya me hacia falta escuchar tu voz. Fue el sueño mas extraño y real que he tenido.

Primero llegaba yo a tu casa que no era la habitual, esa que conozco sino una casa con muchas ventanas, con tres pisos hacia abajo; pero ahí dónde te buscaba no estaba tu familia, por el contrario estaba mi madre, quien sin preguntar se iba y minutos después llegaba tu padre con tu hermano que casi me veían como un mueble. Invisible detrás de los recuadros. En un momento inesperado llegabas tú con el resto de tu familia. Vestían ropas muy elegantes y en ese momento me descubría en pijama.

Era momento de que tendrían una cena importante, yo disponía a retirarme, no tenía nada qué hacer en ese lugar tan elegante. Pero me prestaban ropa, para que me quedara. Hubo un momento en que por fin lográbamos estar solos y platicábamos de mil y una cosas, te abracé y te acercaste a mi. Quise besarte te alejaste; me decías que tenían que pasar 10 días, antes de que se hiciera realidad. Después de un momento de beldad y miradas en silencio, regresamos a la cena; estaban tu abuela y tíos, sabían que yo no pertenecía ahí. Entre risas, miradas furtivas y manos convictas, se hizo demasiado tarde, me tendría que quedar a dormir ahora no me querían dejar ir. Para mi mala suerte tuve que dormir en la misma habitación que tu padre, fue tal mi desconcierto que me fui al piso sin pensarlo.

No podía dormir sin ti al lado. Sabía que alguiem me arrancaría de tu lado y antes de que nadie lo hiciera busqué mi ropa, que sola encontré en una bolsa amarilla de plástico. Pasó aquella cruel policía un par de veces; revisaba si el reo estaba aquí, el miedo me mantenía pecho tierra...

Ya me salía y me encontré contigo a la salida. Criticaste mis vestidos, no sé si en broma o fue sincero, pero terminaste riendo. Nos despedíamos con un beso negado y me fui por la carretera. Todo esto es inexplicable, lo sé, no pretendo que lo sea, pero lo que me importa amada mía, es que al fin soñé contigo y tenía ganas de contartelo, porque no hay alegría comparable, a la de despertar y saber que soñé contigo.' - Le dijo a ella.

Ella, entonces, sonrió, soltó una lágrima y colgó el teléfono, era la primer noche que dormía tranquila.

Por Mauricio Julián
à M... que quizá no se acuerde ya.

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