lunes, 7 de marzo de 2011

SUEÑO INTRUSO

En un encuentro onírico
Estaba en tu regadera sin permiso
Acababa en mi clandestinidad
De arroparme del frío con tu toalla.

Era amarilla, como tu corazón
Que sabe querer pero no puede amar.
Me quitaba la suciedad de tu recuerdo,
Frío pero ardiente, de dolor y compasión.

Desnudo estaba yo en tus paredes de acrílico
Listo para seguir mi camino
Pero mi ropa, alguien la había escondido.

Me disponía a marcharme de tus aposentos
Cuando en vestido negro te presentaste
Sentí de pronto tu furia al encontrarme
Pues yo no tenía derecho en tu hogar.

Me miraste de arriba abajo
Cual acusado a ser sentenciado,
Volteé para cubrirme de vergüenza
Pero cuando volví contigo estabas desnuda.

Montaste sobre mí sin más explicaciones
Querías parar pero tu cuerpo no cedía.
Morías por más, no me soltarías.

De sudor y encontronazos de piel nos cansamos
Quería me ir pero no me soltaban tus brazos
Ella me despertó con un beso
Me llamó con su corazón de verdad

Recordé entonces que eres de roca
Y te enamoras hasta del agua que te toca.
Soñé contigo y me desperté con la alegría
De saber que sólo había sido un sueño.

Por
Mauricio Julián

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