Cierro los ojos y estás tú.
Con esa mirada de esperanza.
La sonrisa discreta
y los labios pulsantes.
Las pupilas disueltas
en los mares del tiempo
de las lágrimas que anegan
tu virtuoso cuerpo.
La nostalgia en tus brazos
la tristeza de tus abrazos
sobre todo lejanos,
sobre todo amados.
Por eso me cierro al mundo
prefiero vivir en sueño profundo
porque la realidad me niega
lo que en mi imaginación
tu imagen me entrega.
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