Es una súbita diversión
la ambición del homenaje
a la piedra inmóvil
a un simple y tosco viraje
Es la vista perdida
en una mirada triste de infancia
un sentimiento real, cierto
pero no por ello más ajeno.
Cascos divinos rotan con indiferencia
las horas perdidas frente al vacío,
un vicio de tirarse de las alturas
y caer ileso, como en las historias.
Son ideas que en un domingo vienen
y con la cotidianeidad se van
sin remordimientos,
pero con paz.
Son palabras al aire que se enferman por escapar
que gritan de sueño en un sencilla andar
te avisoran a ti, querido Octavio
para poderles regalar
a quien desee de toda fuerza
volverlas a amar.
Por Mauricio Julián
No hay comentarios:
Publicar un comentario