Porque casi nunca pongo títulos largos.
Esta noche tuve más frío,
Será tu recuerdo o será tu olvido.
Lentas pasaban las horas,
Desde que dijiste que tu amor no era mío.
¿Y a quién le importan las pertenencias?
Si no sabemos querernos con paciencia.
Esa noche en que esperaste un momento,
Uno propicio, donde matarme no tendría testigos.
Y lo encontraste, pero en el momento de enterrar la daga,
Te diste cuenta de que tenías conciencia,
Que no te permitió matar a sangre fría,
Y quisiste confortarme con palabras tiernas.
Que me olvidara de mi dolor
Pues decías que no ibas a matarme.
Así que terrible asesina,
Te pedí en mi alucine,
Que si pensabas matarme después,
Mejor me quitaras ya la vida;
Pues más vale haber muerto hombre,
Que vivir cobarde, toda la vida.
Por Mauricio Julián
à M, que quizá ya sabe que el 90% del
contenido de acá es por ella. Hasta ahora.
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